lunes, 15 de diciembre de 2014

Campanas de una cambiante Navidad...



La Navidad, esa época del año donde las calles, que hasta esta fecha, son simples espectadores de nuestra agitada rutina, de nuestro nervioso andar por la vida, se visten para la ocasión, y como si fueran musas de nuestra imaginación, se las escucha cantar sin temor.


He escuchado varias veces, e incluso yo mismo he pronunciado estas palabras, "el tiempo no pasa, somos nosotros". En gran medida, así es, pero la Navidad no es lo que era, la Navidad se ha ido olvidando, dejando paso a una nueva etapa: el consumir para sentirte realizado en estas fechas. Es normal, y "lógico" salir en busca del regalo perfecto, con la esperanza puesta en encontrar ese objeto arto deseado, que logre barnizar con una brisa de falsa felicidad estas fechas.


En estos días, también es típico, normal y por qué no, necesario, reunirse con aquellas personas que apenas vemos durante todo el año, entablando conversación quieras o no, sobre temas intrascendentes y poco necesarios, pero, es Navidad, "debes" comportarte y saludar incluso al diablo si pasase por tu casa en busca de un mazapán.


Reconozco que soy joven, quizás este pensamiento no debería atraparme, pero me apena ver como el regalo más grande que tenemos, jugamos al poker con él, a un todo o nada, haciendo un pulso casi interminable, y a veces, perdiéndolo. Si, estás en lo cierto, estoy haciendo referencia a todos aquellos que caminan todos los días de nuestra vida a nuestro lado, compartiendo nuestras alegrías, pero sobre todo, aguantando con nosotros todas las cargas que esta bendita vida, a veces nos da.


Podría decir que echo de menos esas comidas familiares de estas fechas, al calor de una humeante chimenea, compartiendo anécdotas, risas, y por qué no decirlo, alguna que otra lágrima, pero mentiría. Para mí, la Navidad es todo lo contrarío, tranquilidad, descanso y una pizca de autocrítica por el año vivido.

¡¡Felices Fiestas!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario