jueves, 25 de septiembre de 2014

La memoria del alma...

El alma tiene memoria, para bien o para mal sus heridas son evidentes. El destino y su caprichoso azar como garras sin afilar, toman en su poder nuestra jóven e inexperta alma y la zarandean sin compasión. Nadie sale libre de marcas.

Se suele decir, "el tiempo lo cura todo" sin darnos cuenta que hay heridas que jamás cicatrizan, porque debe de ser así, pues el alma es como un cuaderno en blanco donde se escriben mil historias, pero solo permanecen las que hacen marca, las que tocan el fondo y raspan con sutileza la corteza de la cordura.

No sé si el alma es algo físico o no, no sé si cuando me miro de soslayo en el espejo, realmente, en el fondo de una mirada llena de vida, tengo las respuestas que me pide el interior, no sé si hago lo que realmente me llena o sin embargo es la tapadera de una fuga sin tapón.

Lo que sí sé, es que cuando cierro los ojos y presto atención, un pequeño e infinito susurro me dice que siga siendo yo...


martes, 23 de septiembre de 2014

Ya es otoño...

Ya es otoño y ni siquiera he sido consciente del verano que quedo atrás. No se si eso es bueno o no, puede que sea un indicio del tiempo no aprovechado o por otro lado, de las oportunidades consumidas y a su vez olvidadas.


Solo sé que ya estamos en otoño, pero no en cualquier otoño. Este otoño es distinto. Será distinto. Las hojas caerán de diferente forma este año, a cámara lenta y desvaneciéndose entre los rayos de un sol que se niega a abandonarnos.


Las tardes son cada vez más cortas pero para mí los días empiezan a ser más largos. La suavidad de la brisa mañanera coincide con las de las manos de un destino juguetón y a la vez optimista. Aún resuena el eco de un verano para olvidar, olvidar y a la misma vez recordar pues éste nos trajo hasta aquí, hasta el otoño.

Cada paso que damos nos lleva más allá, hasta los remolinos de hojas sueltas en el suelo, tratadas con ira por un viento atemporal y lleno de recuerdos. Los árboles son dignos escribas de mil y una historias, historias llenas de lágrimas y
fatuos desenlaces.

Pues el otoño es eso, época en la que entramos en consonancia con la naturaleza, y en una simbiosis casi perfecta con ésta, nos despojamos de todo lo que sobra para empezar con fuerza y ganas una nueva etapa en nuestra vida.

Ya es otoño ...


lunes, 22 de septiembre de 2014

Un curioso compañero...

Pensamos que somos una simple unidad, con nuestra forma de pensar, de actuar y afrontar esta vida. Pero no es del todo cierto. Cuando menos esperas, aparece en tu vida una figura que no reconoces pero que sin embargo, que llegas a temer. No entiendes su forma de pensar, ni siquiera de actuar. No se establece en los cánones que has conocido. Te descoloca absolutamente.

Este curioso compañero lo irradiamos nosotros mismos desde nuestro propio interior, pero no directamente de forma activa. Éste, va cogiendo forma de manera simultánea a nuestras decisiones, incluso a las más nimias hasta que un día se apodera de nuestro persona, de nuestra mente y hace de nuestro ser una copia barata de lo que realmente somos.

Todos llevamos en nuestro interior un oscuro pasajero, o así al menos lo pienso yo, simplemente permanece dormido, acechando al más mínimo descuido. Se alimenta de las "migajas" que dejamos caer, y si titubeamos, no lo dudará y hará acto de presencia.

Yo, le conocí hace ya bastantes años, y tuve la suerte y la fuerza de voluntad de mantenerle al margen cuando más poder tenía. A día de hoy permanece en sueño eterno, pero no me fiaré pues sus garras son largas y sus intenciones malvadas.

Tiene muchos nombres, de echo la mayoría de personas le conocerán por el nombre de demonio. Ni creo ni dejo de creer en nomenclaturas, denominaciones y demás, solo se que todos tenemos esta sombra en nuestro interior, y de nosotros depende el despertarla.




domingo, 21 de septiembre de 2014

Pensar demasiado...

Todos lo hemos hecho alguna vez...

De manera temporal nos visita a lo largo de nuestra vida esas ganas de pensar sin parar...
de ver múltiples opciones de un mundo aún sin crear...

Nos auto proclamamos dioses de nuestra propia mente...
y le damos vueltas incluso hasta la muerte...


No nos damos cuenta que lo mejor de esta vida...
ocurre sin más, mientras caminas...

A partir de hoy mismo, te prometo destino...
que iré a por tí sin pensar lo más mínimo...


Pues duele el pensar, el pensar en lo que jamás...
podrás disfrutar ni siquiera mirar...


Libre me sentiré y sin cargas por el pasado...
pues al fin olvidaré el "pensar demasiado"...




jueves, 18 de septiembre de 2014

Miradas ausentes...

Sentirse solo estando rodeado de personas, es una de las sensaciones más tristes que podemos llegar a experimentar. Hoy día no es raro encontrarse en esta situación, rodeados continuamente por personas, personas que hemos perdido nuestra identidad.

Nos hemos dejado llevar por nuestro ímpetu de avanzar, de ir a más, sin darnos cuenta que cada vez somos menos, eso, personas sociales. A día de hoy, un pequeño aparato al que le hemos bautizado como "móvil" se ha apoderado de nuestras vidas y les hemos dado el poder y el control de manejar nuestras alegrías, nos hemos vuelvo dependientes de este instrumento que nació con el propósito de hacernos más libres, menos dependientes y lo único que hace es asfixiarnos lentamente mientras juega con nuestra libertad.

Es triste pasear y encontrarte cada vez de manera más habitual como las relaciones humanas se han desgastado, no me gusta generalizar, pero es duro para el alma ver como jóvenes parejas apuran el postre mientras miran con caras de "zombies" la dichosa pantalla, obviando la compañía humana y real que tiene en frente de ellos.

Miradas ausentes, es lo que nos encontramos cada vez más a menudo. Asentimos con la cabeza ante preguntas que ni siquiera nuestro cerebro a procesado, pues es para nosotros más importante el mantener el "hilo argumental" con aquella persona que está a 2000 km de distancia, sin darnos cuenta que estamos creando aún más distancia con las personas que nos rodean.

La tecnología avanza a gran velocidad, pero por lo visto nosotros hemos decidido meter la marcha atrás...

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Todo es empezar...

Es curioso lo lejos que podemos llegar. Ahora, mientras lees estás líneas, si te detienes un instante, repasando mentalmente todos esos pequeños pasos que tuviste que dar para llegar a este momento, todas esas pequeñas trabas que en su momento te hicieron dar lo mejor de ti, te darás cuenta que todo era cuestión de empezar.


Por mi vida pasé por un montón de etapas de decir "lo siento, hasta aquí, esto no está hecho para mí". Y no es cierto, simplemente empecé, me atreví hacer cosas que jamás imaginé, y un paso tras otro fuí saltando dificultades, resolviendo enigmas que mi propio cerebro me proponía, fruto de una baja seguridad en mi mismo y de autoconvertirme en marioneta de mis miedos, quienes movían con ira los hilos de mi frágil e indecisa vida.


Si nos empeñamos en hacer caso a las falsas sensaciones, acabaremos sentados en el último vagón de un tren que cada vez va más rápido y que no da concesiones, un tren que perdió sus frenos hace demasiado. Un tren llamado vida.


Por eso me inclino a pensar que todo es cuestión de empezar. Es de sobras conocido que quién no busca, jamás haya... por lo tanto sal de ese último vagón en el que quizás te encuentres sentado, pensando en la nada y viendo por la ventanilla de aquél solitario y oscuro vagón sumido en aquella sensación de falsa y cómoda autosatisfacción, como la vida se va cada vez más rápido.

Ya sabes, todo es empezar...


martes, 16 de septiembre de 2014

Cuando un solo interior no basta...

Enfrascados en nuestro día a día, no nos damos cuenta que la rutina nos moldea, hasta tal punto de que ésta hace que perdamos nuestra identidad, nuestra marca que nos diferencia del resto, nuestro punto de distinción.

Pero hay algo que jamás cambia, aunque sí que es cierto que desciende varios niveles hasta casi dar la sensación que ha desaparecido. Pero jamás lo hace, simplemente se mantiene a la espera de nuestra llamada, que en general suele ser de auxilio.

Nuestro "yo interior", esa vocecilla interior que nos susurra cuando menos lo esperamos, pero sin embargo, cuando más lo necesitamos.

Hoy he sido consciente de algo asombroso, y es que a veces no nos basta con ese pequeño e infalible amigo, pues tras tanto tiempo casi inactivo, carece de la fuerza necesaria para cambiar a nuestro "yo exterior", aquel que decide las acciones que marcan nuestro ir y venir.

He sido consciente de manera casi visual, como mi "yo interior" ha necesito de otro "interior ajeno", otro punto de vista sincero y directo, donde ambos han unido sus fuerzas, han llegado a un punto exacto de compresión, para hacerme ver y sobretodo comprender lo que hacía meses llevaba rondando por mi cabeza pero que "mi yo más exterior", intentaba apartarme de la cabeza.

Dicen, que todos los días nos vamos a la cama conociendo algo nuevo. Yo puedo decir que hoy me he dado cuenta que necesitamos escucharnos más, a solas, y darle el beneficio de la duda aquella pequeña y casi insonora voz que proviene desde lo más profundo de nuestro ser. Merece la pena que le escuchemos... merece la pena que nos escuchemos...