miércoles, 29 de octubre de 2014

Un diferente miércoles...

Hoy es de esos días. De esos que te levantas con una sonrisa en la cara. No estoy seguro de que exista un motivo detrás de este gesto. Es algo propio, algo que viene de serie algunas mañanas. Pero tengo que reconocer que me siento bien. No se como explicarlo, pero estoy feliz.

Y es que sí, es cierto, suena típico y rancio a la vez, pero la felicidad  nace y termina en uno mismo. Claro que existen factores externos que la pueden dañar, incluso torcer por bastante tiempo, pero en realidad, en el fondo de nuestra persona, tenemos la llave de la felicidad, y ahí está, esperando como un estudiante a su autobús.


Hoy veo el mundo con otros ojos. Si, son los mismos que a veces ven un pozo sin fondo, pero hoy han cambiado su luz y todo está bien, incluso aquellas cosas que recuerdas y te dan pena que terminaron, que dejamos atrás en el camino de la vida, que acabasen en el baúl de los recuerdos, no afectan. Hoy no, porque hoy tengo una armadura, de la más resistentes... la de la felicidad.


Hoy lo veo todo color verde, la oscuridad se retiró sin yo apenas pestañear. Tengo ganas de caminar descalzo por los peligros que me rodean. No hay nada más realista que reconocer que en cada giro inexplicable de los factores de nuestra vida, está el peligro, pero también la felicidad de conocer, saber y aprender a volar sin alas.

No se, quizás sea un pequeño cúmulo de situaciones pasadas, con pequeñas grandes decisiones de un futuro cada vez más cercano, el verme capaz, sobretodo de tomar estas decisiones, siendo consciente de sus posibles peligros, pero afrontándolo con ganas e ilusión.

Quizá hoy al despertar eliminé de forma casi inexplicable y sin prestar atención, un gran peso que tenía sobre mí, una gran responsabilidad que dormía en mi interior desde hace ya, demasiado tiempo. Que alivio dejarla atrás, pero que extrañeza no sentirla. Es curiosa la carga de lo inexplicable, la nostalgia que produce, la ceguera que nos ampara.

No estoy seguro de cuanto durará, si es real, si no...  pero me da igual. Simplemente sonrío.

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