jueves, 25 de septiembre de 2014

La memoria del alma...

El alma tiene memoria, para bien o para mal sus heridas son evidentes. El destino y su caprichoso azar como garras sin afilar, toman en su poder nuestra jóven e inexperta alma y la zarandean sin compasión. Nadie sale libre de marcas.

Se suele decir, "el tiempo lo cura todo" sin darnos cuenta que hay heridas que jamás cicatrizan, porque debe de ser así, pues el alma es como un cuaderno en blanco donde se escriben mil historias, pero solo permanecen las que hacen marca, las que tocan el fondo y raspan con sutileza la corteza de la cordura.

No sé si el alma es algo físico o no, no sé si cuando me miro de soslayo en el espejo, realmente, en el fondo de una mirada llena de vida, tengo las respuestas que me pide el interior, no sé si hago lo que realmente me llena o sin embargo es la tapadera de una fuga sin tapón.

Lo que sí sé, es que cuando cierro los ojos y presto atención, un pequeño e infinito susurro me dice que siga siendo yo...


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