Este curioso compañero lo irradiamos nosotros mismos desde nuestro propio interior, pero no directamente de forma activa. Éste, va cogiendo forma de manera simultánea a nuestras decisiones, incluso a las más nimias hasta que un día se apodera de nuestro persona, de nuestra mente y hace de nuestro ser una copia barata de lo que realmente somos.
Todos llevamos en nuestro interior un oscuro pasajero, o así al menos lo pienso yo, simplemente permanece dormido, acechando al más mínimo descuido. Se alimenta de las "migajas" que dejamos caer, y si titubeamos, no lo dudará y hará acto de presencia.
Yo, le conocí hace ya bastantes años, y tuve la suerte y la fuerza de voluntad de mantenerle al margen cuando más poder tenía. A día de hoy permanece en sueño eterno, pero no me fiaré pues sus garras son largas y sus intenciones malvadas.
Tiene muchos nombres, de echo la mayoría de personas le conocerán por el nombre de demonio. Ni creo ni dejo de creer en nomenclaturas, denominaciones y demás, solo se que todos tenemos esta sombra en nuestro interior, y de nosotros depende el despertarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario