martes, 23 de septiembre de 2014

Ya es otoño...

Ya es otoño y ni siquiera he sido consciente del verano que quedo atrás. No se si eso es bueno o no, puede que sea un indicio del tiempo no aprovechado o por otro lado, de las oportunidades consumidas y a su vez olvidadas.


Solo sé que ya estamos en otoño, pero no en cualquier otoño. Este otoño es distinto. Será distinto. Las hojas caerán de diferente forma este año, a cámara lenta y desvaneciéndose entre los rayos de un sol que se niega a abandonarnos.


Las tardes son cada vez más cortas pero para mí los días empiezan a ser más largos. La suavidad de la brisa mañanera coincide con las de las manos de un destino juguetón y a la vez optimista. Aún resuena el eco de un verano para olvidar, olvidar y a la misma vez recordar pues éste nos trajo hasta aquí, hasta el otoño.

Cada paso que damos nos lleva más allá, hasta los remolinos de hojas sueltas en el suelo, tratadas con ira por un viento atemporal y lleno de recuerdos. Los árboles son dignos escribas de mil y una historias, historias llenas de lágrimas y
fatuos desenlaces.

Pues el otoño es eso, época en la que entramos en consonancia con la naturaleza, y en una simbiosis casi perfecta con ésta, nos despojamos de todo lo que sobra para empezar con fuerza y ganas una nueva etapa en nuestra vida.

Ya es otoño ...


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