miércoles, 15 de abril de 2015

Ca(u)sualidades



Negamos su existencia pues la vida que corre por nuestras venas pareciera decolorarse si la conexión entre sueño y realidad fueran pura casualidad.

Buscamos pez y anzuelo en un lago marchito de vida, y aún así lanzamos con fuerza el deseo de encontrar no motivos, sino sentido a ese anzuelo, a ese lago y a esta sonrisa tonta dibujada a mano alzada en mitad de nuestras caras.

Quien busca haya y quien encuentra justifica movimientos de ajedrez planificados con antelación sobre un tablero imaginario, sobre unas reglas a medio redactar y contra un oponente muy novato. Tu ilusión.

Ser predecible, el mayor de los bostezos del hastío, se ha convertido en la casualidad de las causalidades.



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